“Si son Humanos, no son recursos. El trabajador es un sujeto, el recurso un instrumento”. Hace unos días encontré estas afirmaciones del Dr. Mario Ackerman, experto en Derecho del Trabajo y especialista de la OIT. Lo que me sorprendió es que escribió estas ideas hace ya casi 20 años, y pareciera que durante ese tiempo, como colectivo, los líderes estuvimos mirando para otro lado.

Hoy, en función de las características de las nuevas generaciones, estamos llamados a retomar el rumbo perdido. La Generación Y busca una experiencia más que un trabajo; y desde las organizaciones hay que diseñar propuestas de valor atractivas: empresas y líderes cercanos, que escuchen y conozcan a su gente; espacios colaborativos y autonomía.

El concepto de persona es principalmente filosófico, expresa la singularidad de cada individuo, un ser dotado de razón, consciente de sí mismo y poseedor de una identidad propia. Antes de ser un trabajador, el individuo es persona, libre y con capacidad de razonar y decidir sobre sus actos.

El cono sur hace foco en la persona

Celebro la coincidencia de enfoque entre el XIX Congreso Internacional de Gestión Humana URUGUAY de septiembre que lleva por título “El ser humano como centro. Porque la esencia de las organizaciones es su gente”; y el XV Congreso Mundial de Recursos Humanos en Santiago de Chile “Volver al Origen, LA PERSONA”, que sucederá en octubre.

Creo que poner a la persona en el centro de la gestión, tal como también están recordando en Estados Unidos (Getting Back Into the People Business), es una respuesta a las nuevas generaciones y a los bajos índices de engagement en las empresas del mundo entero.

Pero así como en el caso de la confianza, en el que primero hay que darla para luego recibirla, es la conducción quien tiene que estar comprometida con su gente, para luego recibir el alineamiento y la implicación del personal. Si lo que queremos es innovación, creatividad, pasión por la tarea, compromiso y embajadores de marca, necesitamos tener presente, en cada acción que realicemos, que nuestros colaboradores son seres humanos con ideas, creencias, emociones, vocaciones, y

Descosificar al protagonista

“Empleado” es sinónimo de usado, utilizado (del verbo utilizar, aprovecharse de algo), lo que remite más a un objeto. “Considerar a los trabajadores como recursos es empobrecer dramáticamente la relación laboral. Es quitarle lo más importante que puede surgir de esa vinculación, la riqueza imprevisible e inconmensurada que puede generar la condición humana. Con el grave riesgo de que, los empleadores usuarios, se encuentren con trabajadores parecidos a los demás recursos: insensibles, mecánicos, irreflexivos, desapasionados”.

Si como responsables de nuestros equipos de trabajo no reenfocamos nuestro modelo de relaciones, veremos afectada negativamente la posibilidad de alcanzar y superar los objetivos organizacionales. Es una cuestión de inteligencia y adaptación profesional. Logramos los resultados a través de nuestros equipos, ¿no va siendo hora de que consideremos a nuestros colaboradores como personas y no engranajes? ¡Somos personas! y cada vez más libres de poder elegir. En estos tiempos que corren hay que ganarse la adhesión. ¡Atención líderes! Estamos rodeados de personas, actuemos en consecuencia.

Por Marco Arru

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5 comentarios

  1. Tiendo a pensar que discutir sobre vocablos y etiquetas difícilmente modifica algún proceso de gestión. Podemos cambiarlo y, tiempo mediante, se gestarán nuevas críticas y chanzas a las inconveniencia de la nueva denominación… y vuelta a empezar buscando un nuevo ajuste semántico, reescribiendo organigramas y sustituyendo tarjetas de presentación. Mientras tanto, lo que importa habrá seguido su curso y estará mejor, igual o peor.
    Percibo como muy tenue la influencia que la denominación utilizada tiene en la concepción del individuo, como “cosa” o algo diferente, desde el punto de vista del empleador o del supervisor. Alcanza con comprobar si – pese a la etiqueta vigente en una organización dada – hay divergencias notorias en la gestión de la gente entre los diversos supervisores o gerentes de la misma. Si así fuera, debe indagarse si no hay otros factores más relevantes que explican las diferencias.
    ¡Felicitaciones por este nuevo sitio web!

    1. Muchas gracias José por tus comentarios.
      Sin duda son varias las aristas desde las cuales analizar.
      Seguiremos profundizando.
      Saludos cordiales,
      Equipo Directivo de ADPUGH

  2. He leido el articulo de Marco Arru, con el cual concuerdo. Creo que las nuevas generaciones están obligando a los lugares de trabajo a redefinir conceptos , y a darle forma a una nueva idea y siginificado del trabajo. Si bien es la generación Y quienes empujan para hacer psoible este cambio creo que las generaciones anteriores tambien buscamos lo mismo en el ambioto laboral. Con respecto al rol de quien gestiona a las personas en las organziaciones, en este momento juega un rol crucial en ayudar a que se comprenda esta filosofia ,y hacer de puente entre las personas, ayudando a canalizar de la mejor manera estas nuevas tendencias. El temrino empleado y recurso deja de tener sentido para pasar a primer plano la palabra persona con todo su sginificado. Bienvenido el cambio!

    1. Gracias Rosina por leer nuestro artículo y por tus comentarios.
      Esperamos seguir aportando a la Gestión Humana y a las organizaciones.
      Saludos,
      Secretaría de ADPUGH

  3. Lo veo no como una cuestión de semántica, o generacional.
    Lo que define una gestión es conceptual, es el modelo y el compromiso con éste y su ámbito de aplicación.
    Alcanzar los objetivos no se limita a ejercer liderazgo, es ajustar y optimizar parámetros y sobretodo más allá de los resultados no perder nunca la creatividad.

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